Hace tanto, tanto tiempo.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Uno puede un día agarrar sus cosas- las pocas o muchas que se tenga- y partir.

Así, literalmente yo no agarré nada, más que las letras.

Me fui y si debo responder a dónde, ni siquiera lo sé, aún sigo en la farmacia-con todo y que los medicamentos lejos están de curar el alma- aún pienso que eso de poder pagar el teléfono es el mayor reto mensual ;y aún me gustaría mucho despertar un día y descubrir que mucho de lo que pasó éste año- lo más vital- no ocurrió. Que fue un sueño.

Pero no, uno sigue yendose a ninguna parte.






Ah, sí. Regresé.

Sin ánimo de lucro.

martes, 27 de octubre de 2009

Estar triste por extrañar a la familia, es comprensible.

Estar triste porque se murió tu pez limpiavidrios es un deber.

Estar triste porque el Azul no ve regresar sus dias de gloria es sentido común.

Sentir tristeza porque sí, porque te levantas y ahí está, encima de tus hombros, es tan triste como esa tristeza que te cargas.

DANIEL REYES PARA PRESIDENTE.

viernes, 2 de octubre de 2009

La primera vez que fui a una marcha tenía el cabello largo, me peinaba con dos trenzas, usaba guaraches y no trabajaba como botarga. Hace mucho.



Hoy no estoy con todos, con los demás, pero no olvido. Nadie puede olvidar. Hubiera mentido sobre el trabajo, hubiera dicho que estaba enferma y hubiera marchado. Hubiera.

Vine a trabajar, repartí volantes, bailé la Macarena y en la noche miré la televisión y miré la marcha.

Esta entrada se guardó en borrador, a lo mejor se avergonzaba de sí misma...

En momentos así, en fechas como esas, en la que uno debería estar en donde no está, uno reflexiona-o no- e irremediablemente se siente como cuando se mira en un espejo y no se reconoce.

Hoy está nublado.

2-1 o Los caminos de la vida no son cómo yo pensaba...

jueves, 13 de agosto de 2009

Resulta que México ganó, yo no lo vi, pero me contaron. No lo vi y ni siquiera porque el Doctor Bara Bara estuviera concentrado en el pasito duranguense o en esa canción que versa Ehhh Macarena aaa ayyy... No. Estaba en el tráfico, tráfico, tráfico durante noventa minutos y sin tiempos extras... para mi fortuna.



Andaba yo- o el Doctor Bara Bara- muy trabajador, muy baile que baile cuando de repente, zaz, que da una vuelta grado 33 y acto seguido, una bola onda la Mujer dormida apareció en mi tobillo.



Ante tremendo espectáculo, el señor Álvaro decidió que me fuera y sugirió que llamáramos al Gran Capi pero puss me daba pena penita loca (Verónica sic) sacarlo de sus meditaciones en torno a la selección y el mundial, así que pedimos un taxi.



Pocas veces he estado en un taxi, particularmente porque uno lo toma por prisa y ellos van tan lentoooo y tomando atajos que más que atajos parecen laberintos (o a menos que la definición de atajo sea otra en la terminología taxeril) y porque uno acaba pagando más por menos, pero no tenía de otra.



El taxista no era viejo, no era joven y tampoco era una quimera como dicen los que creen que eso es un chiste ¿O una reflexión?. Era y ya. Hablaba poco y lo hacía de usted y en cuanto me subí, mi sensor antidelincuentes-homicidas-violadores se activó por 3 motivos:



1)No tenía taximetro



2)No tenía tarjetón, al menos a la vista



3)Era silencioso como la mayoría de los asesinos seriales.



A los 5 minutos de que lo abordé y después de indicarle hacia dónde ibamos, sugirió un atajo. Úchalas no me pareció y armándome de valor le dije: Yo creo que podríamos dejar la posición izquierdista y liberal pa luego, lueguito y ser un poco más conservadores siguiendo las flechitas.



Bueno... algo así le dije, palabras más palabras menos. Y me hizo caso. A los 10 minutos y 2 metros de avance, hasta la misma Marieta maldijo su posición de derecha. Eso nomás no avanzaba.


Los dos estabamos enojados. Él no hablaba y nomás veía con nostalgia el peri que- aunque usted no lo crea- fluía como sangre en vena mientras se ejercita el cuerpo y yo trataba de aguantarme el dolor. A los 20 minutos decidimos darnos un chance y hablar un poco.

Él me dijo que si se hacia tarde para que fuera al partido, yo le dije que no, que no lo tenía pensado y él me sonrió. Entonces... entonces inició su monólogo. La cosa era trágica pero sencilla:

Él jugaba y muy bien, hace 20 años. Pertenecía a la tercera división de un equipo X (los nombres y lugares serán cambiados para proteger la identidad del susodicho taxista) y le decían LA MUERTE JUGANDO. Era el mejor.

Ese día, el día del partido final de la tercera división lo iban a ascender a segunda. Estaba feliz. Perooo los malvados del cuento le mandaron a un jugador viejo, como de la edad que ahora tengo yo, gordo y malencarado, namás llegó a darme en el tobillo y me rompió el empeine. Ya no jugó más.

Tuvo una operación y después de año y medio intentó correr con el balón pero no pudo, no señor. De ahí a la fecha sólo ha pisado la cancha en 3 ocasiones.

1) Cuando tomado a las once de la noche sus cuñados lo convencieron de jugar un partido, pero el ardor en el empeine lo hizo sentarse.

2) Cuando un chavo de su colonia le debía dinero y la mamá le dijo que sólo en las canchas lo iba a encontrar.

3)Cuando sí lo encontró pero le dijo qeu regresara al otro día pa pagarle.

Después de perder su destino, se destinó a ser el mil usos. Ahora es músico de a ratos, taxista y vendedor de material para construcción en pequeña escala, antes fue poli, frijolero e imitador de cantantes, todo el tiempo tiene nostalgia y nunca, nunca de los nuncas ve un partido ni en la televisión.

A veces maldice al gordo viejo que me arruinó y a veces se acuerda de lo que le dijo su maestro de secundaria un día cuando regresaron de un torneo con el trofeo entre sus manos.
sobre que estaba seguro que un en el futuro lo vería en la televisión, siendo jugador prefesional; decía todo esto y lo decía con emoción, con enojo, con desarraigo.

Ya en confianza y 45 minutos en el tráfico, hasta me enseñó un video de su hijo tocando la guitarra y justo cuando el niño terminó de tocar, llegamos a la casa.

La abuela Cari que estaba platicando con la señora de la tienda me vio bajar y luego luego le gritó al Mudo- que estaba escuchando no sé qué chisme del Padrino (que misteriosamente no es Padrino de nadie, buenoo, de Verónica) y entre los dos me metieron a mi cuarto.

No me pude despedir chido del taxista porque entre el barullo del acomodo, cuando miré para atrás ya iba dando la vuelta, pero ahora sé que indiscutiblemente, jamás volveré a ver un partido sin pensar en que lo peor de no tener destino, es mirar cómo se sube a un avión con boleto sencillo.


En época de lluvias, uno repite la palabra uno. (Para Junio en Julio)

viernes, 3 de julio de 2009

Chales Marieta está enferma, enfermilla, onda dolor de garganta, cuerpo cortado, dolor de oídos y de cabeza, y todo porque ayer tremendo aguacero agarró al Doctor Bara Bara en una calle- de cuyo nombre prefiero no acordarme- calle que ni techito ni arbolito tapa gototas tenía y acabó empapado, empapadísimo pisando charcos y lagunas citadinas.

Chales, Marieta está enferma, onda calentura y mimos y caldo de pollo y música de los Beatles pa' que la salud regresé toda alegre al ritmo de Lucy in the sky...

Y en momentos así, cuando el Pepue está preocupadísimo por los exámenes finales, exámenes que por cierto hace por gusto y no por obligación; momentos en los que Verónica dice que otraaa vez se enojó con su ranchero; momentos en los que la Abuela Cari hace chocolate caliente para ver la nueva telenovela del dos con el de la mochila azul, el de ojitos dormilones; en momentos así, cuando la lluvia llega de nuevo, uno no puede dejar de notar que uno debería poner impermeabilizante en la azotea de su cabeza, para que las malas ideas y los sentimientos encontrados resbalen y todos queden felices y contentos; uno debería...pero no, llega junio y con junio las gotas y los rayos y la luz que se va.

Junio es el mes de la tristeza y las despedidas, junio tiene escaleras, junio tiene goteras, junio es un pulmón, uno que agoniza...





MICHAEL JACKSON. Pide al tiempo que vuelva.

domingo, 28 de junio de 2009

Cumplir años es toda una odisea. Empezando por el hecho de que es una onda de sensor de popularidad en donde los más frágiles optan por el "A mí no me importan los cumpleños" "Las fiestas fuchi fuchi" "Eso no es para mí" y bla bla bla.

Así uno abre los ojos y cae en la cuenta: Anda la osa es mi cumpleaños; y con ese peso- el de ser un año más viejo- pone un pie afuera de su cama, asimilando la magia del tiempo- o del calendario juliano- en dónde te indican que te acostaste de una edad y despertaste con otro y no hay demencia de por medio.

Luego.... luego viene lo otro: Silencio... silencio... esperas, esperas a ver a qué hora las mañanitas van a sonar, a ver a qué hora la voz de Cepillín inunda tu casa preguntándote si son 5, 6, 7 8 pinocho... Si suena pues ya la libraste, te pones rojo, sonríes: Ahhh no lo esperaba, ahhh muchas gracias...

PEROOOO si no suena, si ni siquiera suenan Lalo y sus ardillas q.e.p.d. -Lalo, no las ardillas- entonces te das cuenta de que pasas indavertido por tus seres queridos o en el peor de los casos te das cuenta de que no tienes seres queridos o recuerdas que no eres querido por nadie. Una vez superada la fase 1: Mañanitas. Viene la fase dos: abrazos. Te encuentras- por decir algo- con tu mamá. Si ni ella que es la directamente involucrada en el asunto te felicita, las cosas no marchan bien en tu raiting de popularidad, porque siendo sinceros que ya ni tu mamá se acuerde del día en que dejaron de cantar: Tú y yo somos uno mismo uhh ohhh... para entonar: Te vas porque yo quiero que te vayas... y tenga que naces (ja) ya para que ni ella se acuerde, es un problema.

Supóngamos pues que por naturaleza- o por ser optimistas- se acuerda, te felicita y te da un abrazo. Bueno, ahi la llevas, peroooo luego siguen los demás; ya ni sabes si te pasas de largo o saludas a la señora de los tamales que te mira con toda la intención de abrazarte; total que te detienes frente a ella y piensas bueno, bueno, ande señora abrace, abrace, pero nada, caes en cuenta de que lo único que quería era ofrecerte la nueva línea de tamales aires del tiempo. Ni pex.

Pasas junto al Mudo (por poner un nombre jijijiji) y se te queda mirando, se te queda mirando y cuando lo tienes enfrente lo único que alcanza a decir es que ayer llovió, hoy parece que lloverá y mañana quién sabe. Es un acertijo, piensas mientras sigues caminando, pero el Mudo te grita a lo lejos un Feliz Cumpleaños y tú te detienes y tambien a lo lejos, por imitación, le gritas un Graciassss.... mientras te das la media vuelta.

En tu trabajo, no, mejor dicho en la esquina que da a tu trabajo, te encuentras con el señor Álvaro (por poner otro nombre jijiji) y él pone en el megáfono de la farmacia el ocho pinocho de Cepillín y tú te llenas de pena y de rojo jitomate.

Total que cuando piensas que ya la libraste-porque en eso de los cumpleaños y las celebraciones no eres un master- sales temprano del trabajo y llegas a tu casa en donde el Capi y el abuelo Rafa y el Primo José y bueno hasta el Papiu te tienen un pastel de tres leches cubierto de chocolate.

Ya luego, luego pasan los días, Verónica te canta la última de banda Cuisillo y el Pepue te hace una carta astral en donde no te dicen que el Rey del Pop morirá, pero muere.

Y tú te quedas recordando que hace muchos pero muchos años el Gran Capi te llevó a ver a Michael Jackson y que de eso tienes pocos recuerdos, poquitititos, y que te gustaría tener más, pero llegan los cumpleaños y el tiempo y uno aunque quiera, no se queda con todo lo vivido y sí con lo poco recordado.






Y sí, todo el mundo está hablando de Michael Jackson en estos tiempos pero ¿Quién puede evitarlo? Al césar lo que es del césar ¿Qué no?

¿Y ahora quién podrá ayudarnos? ¿Se aproxima una nueva conquista en 4 patas? Michael Jackson ¿Dóndeee estásss?

martes, 26 de mayo de 2009

Aunque no lo parezca, sigo viva. Jijiji, en mi defensa puedo decir que la farmacia ha estado hasta el queque; que el Gran Capi estuvo enfermo (y no de influenza, y no de amourrr) y que estos días han sido un torbellino. onda el ojo del huracán.

Para empezar que a según la influenza ya le bajó la espuma a su chocolate y la domamos, ahí nomás...

Luego ocurrió que tembló de nuevo, ay nanita y todos corrieron, aunque no empujaron y no gritaron, o gritaron en silencio por aquello de que somos malos, muy malos requetemalosss...


Después pasamos a la broma que le hicieron a ese tal Samy y todo el brete que se armó- cobertura especial de Verónica- y que si los derechos humanos y que si... mmm bueno no estoy muy enterada del asunto, pero Verónica dijo que era de suma importancia darle difusión a ese maltrato... zzzzz... y Marieta piensa que de que los hay, los hay, y que a según son criativosss y que a según qué chistosos somos jijiji, jajaja...zzzzz...

El otro día, cuando ibamos por ahí de la hora 36 sin dormir (por el maratón contra-influenza que el señor Álvaro organizó) el Doctor Bara Bara deambuló por las calles de la amargura y vio con suma tristeza que se había perdido de esto:

Muy precavida la señorita don vendedora...



Pa´ mis pulgasss, chacharear es mi mero moleee, noooooo....


Después de ese shockkk, caminaba Marieta por las calles de la impresión, cuando vi una nueva amenazaaa:


*Nota: Para ver las siguientes imágenes, fondee con la música de Tiburónn... turururu turururuuuu...



Si éste letrero no les da mellooo... ñaca ñaca, entonces....


¡Ay nanitaa! Nótese lo malvado que quedó el retrato hablado de la rataaa....
Y ante éste inminente ataque, tenemos que reflexionar:
¿Será que ésta nueva amenaza convenza a la señorita vendedora don precavida de hacer de otra vez su venta chacharessszzca?
¿Es la venganza de Ben la rata asesina?
¿Michael Jackson vendrá a ésta esquina y cantará bonito para las ratitias?


¿Ellas harán yoga y comprenderan que la rabia no es buena para el karma?
Ahhh, no salimos de una cuando ya entramos en otraaaa...
PD. Como ésta entrada estuvo destinada a dar avisos, el Pepue dijo que avisara que el 20 de mayo fue día del Psicólogo: El 20 de mayo fue día del psicólogo, felicidades.
:)