Uno puede un día agarrar sus cosas- las pocas o muchas que se tenga- y partir.
Así, literalmente yo no agarré nada, más que las letras.
Me fui y si debo responder a dónde, ni siquiera lo sé, aún sigo en la farmacia-con todo y que los medicamentos lejos están de curar el alma- aún pienso que eso de poder pagar el teléfono es el mayor reto mensual ;y aún me gustaría mucho despertar un día y descubrir que mucho de lo que pasó éste año- lo más vital- no ocurrió. Que fue un sueño.
Pero no, uno sigue yendose a ninguna parte.
Ah, sí. Regresé.
¿Por qué me pasa lo que me pasa cuando nada pasa?
Hace tanto, tanto tiempo.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Publicado por MARIETA en 9:16 1 cuchicheos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)