El mejor amigo del Gran Capi

lunes, 16 de junio de 2008

Ayer... ¡Ahhhh! Ayer fue el día del padre, y como yo tengo uno bien chido, pues le hicimos una comida de esas que no se olvidan, como la comida que te comiste cuando saliste del hospital y te quitaron la dieta, o como cuando preparas tus primeros chilaquiles verdes, o como cuando te dan el mole de la boda de tu hermano -esto lo dice el primo José, al que ya se le casó su hermano Simón- así, una de esas comidas le hicimos.


El Gran Capi no quería nada de nada, que porque eso qué, pura mercadotecnia, pero como Verónica no dejaba de mencionar la dichosa comida desde principios de mes, pues el Gran Capi se tuvo que aguantar y ni modo. Baaaaa, pero yo creo que sí se divirtió porque la abuela Cari le hizo las enchiladas suizas que tanto le gustan y Mamá le preparó una sopa azteca (¡por tortillas no paramos! jijiji) y Verónica pues hizo una gelatina de limón, que porque según ella es su especialidad.

Yo, pues... ejemmmm, mmmm, ufff, yo pues... he de confesar que no se me da mucho eso de la cocinada, o sea, sé preparar algunas cosas de la canasta básica (je je je) pero así, ondas de sopa azteca y eso pues nelson mandela, nanais. Así que opté por darle un regalo, pero como quería sorprenderlo, pues me tardé un buen buscandolo.

Mi primo José me ayudó en tan maratónica tarea, pasamos de Parque Delta -esa fue idea de él- y vimos puras cosas...mmm... baaaa....



José insistió hasta el cansancio en comprar ésta corbata, pero yo le dije que el Gran Capi ni usa corbata, ni le gustan esos colores medio...mmm... pitufivanidosos...jeje. Sobra decir que José me dio tremendo bolsazo -sí a veces usa bolsas- por decir esas cosas... (ja)


Luego fuimos al tianguis de la Raza, pero sólo habia tenis de ésta y aquella marca. José escogió unos, pero tampoco pegaron.



Nótese la similitud en los colores de la corbata y los tenis, o José es daltónico o de plano tiene muy definidos sus gustos...


Así que terminamos en la Lagunilla buscando quién sabe qué, pero que según yo, en cuanto lo viera, sabría que ESE era el regalo. Pasé de carros viejitos a carteles de pelis pasadas, pero como NOOOO estaba el de Autopsia a un fantasma, pues desistíe de esa idea.... Y de repente lo vi.... me quedé con el ojo cuadrado, José no supo qué pasaba exactamente, me hablaba y yo nada más no respondía, ahi estaba... Un Milagro, uno bien chido.... Chales, no me aguanté las ganas y corrí a abrazarlo entre mis manos, no fuera que alguien me lo quitara. José me dio un masapanazo para que me calmara y le preguntó al vendedor cuánto costaba, pero el vendedor que había sido testigo de mi euforia, dijo que ese en particular era más caro porque... porque... estaba pintado con otra técnica, sí eso, con otra técnica y que por eso valia $300.


José se aclaró la garganta y de la manera más cortés que pudo le dijo al vendedor, que eso no era cierto, que él había tomado cursos de pintura- le he dicho que la semana que pasó en el taller de Artes plásticas en la secu porque su maestro de máquinas y herramientas se enfermó, no cuenta... pero...- el vendedor dudo por un instante. José le dijo que no insultara su inteligencia y que le dijera de la manera más sencilla cuánto costaba en realidad ese cuadro que a parte de todo, ni manejo correcto del espacio tenía.


El vendedor, movió la cabeza y dijo... chassss... pues... deme $100 y que ahí quede. No, contestó José, le doy cincuenta y diga que le fue bien. No, entonces no se arma, dijo el vendedor al tiempo en que me lo arrebataba, José sacó entonces otro de veinte y dijo que con eso quedaba. El vendedor terminó por aceptar y yo bien contenta me regresé con el Milagro perfecto para el Gran Capi.



Chequen nada más que chidos colores, y de fondo la virgensilla pensando ¿qué tranza con esta especie de dinosaurio? ¿No que ya se habian extinguido?


De regreso, José me regaño por ser tan efusiva, argumentando que con los comerciantes uno debe tener sangre fría sino, pierde la casa... jijiji. Hay que disimular, hacer de cuenta como que uno no quiere comprar nada, para que al final, caigan en tus redes ¿?


Mi primo José me preguntó qué tranza con ese regalo, que estaban mejor los tenis, pero yo le dije que nel, que no, porque ese Milagro hablaba de un nahual y que el Gran Capi había tenido un amigo nahual, allá en el pueblo de la abuelita Juanita, la mamá de la abuela Cari, y que el Gran Capi había querido mucho a su amigo - el mejor que ha tenido hasta ahora- pero que ya luego un día, uno de julio, su amigo se despidió de él y le dijo que ya no jugarían más porque ahí ya iban a poner muchas casas y la gente que iba a llegar no era tan chida.


El Gran Capi se sintió muy triste y muy solo porque ya no iba a tener con quien jugar y desde entonces a veces en las noches, lo escucha cerca del guayabo de la casa- sí, tenemos un guayabo y un durazno tambien- pero que cuando sale nomas no lo ve.


José se quedó con cara de espanto y me dijo que por mi propio bien no anduviera contando eso jijiji, porque era de miedo y además me podian decir loca. Baaaa, ni que me fueran a qué o qué, además si el Gran Capi lo cuenta es porque sí pasó, y últimadamente quien tenga ojos que vea.... chales, ya me voy a callar.


Llegamos y José asfixió a mi pobre brazo en el trayecto que va de la entrada a la cocina, nada más porque tenemos que atravesar por el patio... je... La comida ya estaba servida y la verdad ni hablabamos nada más por estar come que come.


Mamá le regaló al abuelo Rafa una armónica, porque la suya se le rompió hace como un año y por chanas o juanas no se había comprado una; y en menos de lo que canta un gallo, el abuelo Rafa empezó a tocar "Suriana" y "Cielo rojo" y quien sabe cuántas más.

El Gran Capi sacó su guitarra y la abuela Cari les pidió una de sus canciones favoritas: Atotonilco.
A José le brillaron los ojos- pues resulta que tambien está en su top 5 (ja)- y en un dos por tres, empezó a cantar y a bailar... No te andes por las ramas huy huy huy huy huy huy, camina trenecito que a Atotonilco voy....

Verónica se levantó a bailar con José y bueno.... ya nadie los paró. Pasaron por todo el repertorio de Mexicanto (jijiji) Bueno, con decirles que hasta el Pepue se aventó a acapela "Cartas marcadas" (ja).

Ya luego, Mamá le pidió al Gran Capi una, y el Gran Capi se chuto Lucy in the sky... que es de sus favoritas y ahora le tocó al abuelo Rafa acompañarlo.

Como por ahi de las siete de la noche, el Pepue nos llevó a la sala y puso un video que él habia hecho con fotos del Gran Capi y el abuelo Rafa y Mamá y la abuela Cari lloraron a moco tendido, aunque José les dijo quitense que ahi les voy y berreo los 22 minutos que duró la cinta.

Como por ahi de las diez, me acerqué al Gran Capi y le di su regalo, en cuanto lo abrió, soltó una sonrisa del tamaño de la luna y me dio un abrazo del tamaño del ahuehuete.

Verónica dijo que eso qué, que estaba bien raro pero la abuela Cari dijo que no, que estaba bien bonito y que además siempre es bueno reencontrarse con los amigos aunque sea en dibujo...

:)

2 cuchicheos:

Clauminara dijo...

Sí dicen que el arte que te conmueve no lo encuentras, él te encuentra a ti.
Genial el cuadro, a mi me intrigaría saber ¿quién lo pintó?

jandro dijo...

no pos rara la pintura pero pues que bueno que le gustó