Amor se dice Esguince grado II

jueves, 3 de julio de 2008

Verónica está enamorada, así, enamoradísima. Se la pasa suspirando, deshojando margaritas, hablandole a la luna -onda Dorothy Jane de los Torkenson- (ja). ¡Y ya no sabemos qué haceeerrr!

Todo empezó por ese asunto del encuentro "glorioso al ritmo de banda" entre Verónica con su ranchero en el bautizo de Alizee. De ahi siguieron las llamadas hasta la una de la mañana, los recaditos al celular, las canciones dedicadas por la K Buena jijijiji...

Y así, al infinito. Todo eso era hasta cierto punto "tolerable" y... bueno, hasta tierno (jijiji) pero ahora desde que la semana pasada chocó el taxi en el que Verónica venía de la casa ¡Ah! Este amor ha alcanzado manifestaciones macabras, ñacañaquescas.

Pues bueno, eran como las nueve y media de la noche y El Gran Capi estaba dando vueltas -con el Papiu al lado- porque nomás no se aparecia Verónica. La Abuela Cari le explicaba que el amor no conoce tiempo ni regaños ni permisos hasta las ocho de la noche, cuando sonó el teléfono con una voz inexpresiva y muy lenta. Era Verónica. Su taxi había chocado con una troca y pues según ella estaba bien pero avisaba que una ambulancia se la iba a llevar al hospital, por lo que no a lo mejor llegaba un poquito tarde. Baaaaa... Mamá cayó en un shock mayor y El Gran Capi sintió que el corazón se le iba a la garganta.

El abuelo Rafa dijo que él cuidaba al Pepue y que se fuera de lo más tranquilo a verla. Yo pues me lancé con ellos porque Marieta no soporta la angustia de la espera y bueno... en un dos por tres ya estabamos allá.

Verónica estaba adentro del taxi sin moverse, rodeada de chorrocientos polis que le preguntaban cómo se sentía y todo eso y ella nomás decía que bien, que se había dado un golpe en la cabeza y que tenía un chichón y que la dejaran irse a su casa. Acabamos en el hospital hasta la una de la mañana. Y en efecto, no tenía nada de cuidado. Un collarín, una faja y listo señorita, venga dentro de 2 meses.

Pues bueno, como en ese inter (ja) el ranchero había llamado para ver cómo había llegado su amada y decirle buenas noches, y Pepue repitió textual aquello de "me van a llevar al hospital" pues el Ranchero se lanzó sin pensarlo dos veces a la casa.

Cuando llegamos alrededor de las 2 de la mañana, una troca enorme estaba afuera, Verónica tuvo un destello de alegría y le dijo a El Gran Capi que si lo dejaba pasar. El Ranchero se bajó de su camioneta y todo apenado saludó a El Gran Capi -claro, despues de correr al encuentro de su amada con esguince grado II- Mamá le dijo que sí, que pasara y El Gran Capi me miró con cara de ¿y qué hacemos con éste? a lo que yo respondí con otra mirada de "Pues sentarlo en la sala y esperar a que se aburra".

Esa noche casi no dormimos porque, aunque el Ranchero se fue como a los 20 minutos, que para que descansara su amada, la amada se quejaba y se quejaba y que acomodame aquí, tapame allá, ponme pomada, dame mis pastillas...

Chales, ni dormí. Al otro día el Doctor Bara Bara se la pasó recargado en una esquina con la mano recargada en un poste y los volantes en la otra, esperando que los"clientes potenciales" tomaran o no, la propaganda. No hubo baile, no hubo el pasito duranguense del Bara Bara -ni modo, me obligan a hacerlo- no hubo nada. Bueno, hasta el niño que siempre patea al Doc se cansó de pegar y pegar.

Y de ahí pal real, ahora el Ranchero ya agarró confianza y pues no lo sacamos de la casa. Al abuelo Rafa le cae bien, requetebien pues se acuerda de cuando él vivia en el pueblo y al Ranchero le encanta oir esas historias.

Verónica, bueno... anda como borrego a medio dormir, como el Papiu cuando se acuesta en las piernas de Mamá, como un vocho modelo 69 con "ojitos", como un mosco acabando de picar. Así anda. Y yo... yo me alegro de que Verónica encontró a su media naranja....

:)

1 cuchicheos:

Clauminara dijo...

Yo me acuerdo que en la prepa tuve un novio de esos que llegan se instalan y nuuuunca se van, yo le decía: oye Dani tengo mucho sueño, me voy a dormir un ratito antes de hacer la tarea ¿nos vemos mañana? (no habíamos dormido la noche anterior por hacer un trabajo) y me contestaba: duérmete un ratito, mientras le ayudo tu hermano a componer su bici :S Total que SIEMPRE estaba ahí, se hizo gran amigo de mis papás y de mi hermano, ya parecía que iba más a visitarlos a ellos que a mi, mi mamá ya le preguntaba qué le gustaba de comer y lo que no le gustaba al señorito ya no lo cocinaba nunca, así por 3 largos años hasta que terminé con él porque me asfixiaba.

Saluditos.