La sopa Azteca o Autorretrato con Perro Tristezas...

lunes, 28 de julio de 2008

El abuelo Rafa es carpintero, bueno él dice que lo es, pero en realidad se pasa toda la vida haciendo muebles, reparandolos, pintandolos, admirandolos... ama a los muebles. El abuelo Rafa ama a los muebles, pero ama más a la abuela Cari.

Ellos se conocieron una tarde de domingo en pleno centro de Coyoacán, cuando la abuela estaba pintando un cuadro de un perrito abandonado que nada más se la pasaba acostado, tumbado de tristeza. El abuelo Rafa había ido a entregar -en ese tiempo era aprendíz- un sillón que le habian remodelado a un cliente que andaba metido en esas ondas de los Caballeros Templarios.

La tarde era muy bonita y el abuelo Rafa -que ya había acabado de trabajar- decidió ir a chismear por ahí y entre tanto chisme encontró el amor.

Dice el abuelo que lo que más le gustó de la abuela Cari fueron sus trenzas, enormes trenzas amarradas con unos listones amarillos y adornadas con un sombrero de mimbre que le cubría toda la cara.

El abuelo pensó- sintió diría yo- que su destino estaba frente a él, estaba frente a él y tenía rostro de mujer, de una mujer pintora.

La abuela Cari dice que en cuanto lo vió a cuadro - se acercó a tocar al perrito-su corazón empezó a latir, así, onda música del Tiburón, pero en vez de desmayarse, prefirió dar las últimas pinceladas a la dichosa pintura, agarrar sus cosas y caminar más rápido que sus latidos. La abuela Cari estaba comprometida.

Ahí empezó su historia, el abuelo Rafa no pensaba dejar escapar así como así a su destino y fue diario a Coyoacan hasta que en la inercia de la rutina, comprendió que la rutina de la abuela Cari tenía cara de domingos alredededor de las tres de la tarde. Acudió puntual durante un año.

La abuela por su parte, decidió decirle que siempre no a su vecino la mañana en que iba a ser la dichosa boda- compromiso que habían acordado los padres de Justino, para que todo quedara en buenas familias- la negativa de la abuela hizo retumbar el coraje de mi bisabuelo y las lágrimas de mi bisabuela. La abuela Cari nunca dio motivos ni razones de la negativa. Justino -que en realidad estaba enamorado de Laura, la muchacha que atendia en la nevería a donde siempre iban los dos desenamorados- le dio un abrazo a Cari en agradeciemiento y se marchó como alma que lleva el diablo por un litro de nieve de limón.

El bisabuelo dijo que él no iba a pasar tremenda vergüenza, así que agarró a la bisabuela y los dos se fueron por la puerta de atrás (ja) La abuela Cari tomó aire-según recuerda- y caminó hasta el altar. Todos los invitados tenían cara de qué tranza con Cari, por qué entra de a solapa, pero quedaron con cara de esa Cari siempre arma sus panchos, cuando les dijo que muchas gracias por venir, que siempre no iba a haber boda, pero que en el salón había comida, y vino y hasta pastel y que sería muy feo que todo se quedara nada más porque dos que no se amaban esa tarde tampoco se casaban.

Dicen mis abuelitos que justo en ese instante, el abuelo Rafa -que había visto en la iglesia de Coyoacan las fotos de la abuela y de Justino con fecha de boda y todo- entró onda El Graduado con el perro Tristezas detrás de él -ni pex, de tanto verlo lo había adoptado- así entró, gritando que sí, que él se oponía a la boda porque amaba a esa mujer con todaaa su alma y con toda la verdad de su corazón... (¡Ahhhhhh!)



Así hubiera tocado el abuelo Rafa y segurito así hubiera corrido la abuela Cari si el abuelo hubiera llegado más temprano... jijiji... Nótese como el primo José se tomó la molestía de decorar las fotitos de la peli... jijiji...


La abuela Cari sonrió, el abuelo Rafa hizo cara de qué hongo (sí así dice el abuelo ¿qué hongo? jijijiji) por qué no hay boda que impedir... y entonces... los dos caminaron a su encuentro y por primera vez se besaron, no que digo, por primera vez se hablaron....


Entonces el abuelo Rafa pensó que si ya estaba el padre, ya estaba la novia (arregalada y toda la cosa) ya estaba el testigo (Perro Tristezas) y ya estaban los invitados (pues él igual no tenía a nadie en el mundo, más que ahora a la hermosa Cari (sic) ) por qué no unian lo que en realidad ya estaba unido de más. Y entonces se casaron.


Al final... ¡Ahhhh! al final, la mera verdad es que todos los invitados se sintieron taaannn indignados (wuaaakkk) que cuando el padre dijo "acepta" sólo los abuelos con el Perro Tristezas, estaban en la Iglesia... Baaaaaa para lo que les importó, luego luego que salieron, se fuerno volados al salón porque la abuela había pedido de platillo, esa sopa Azteca que siempre veía comer al abuelo Rafa en la fonda de enfrente donde la abuela pintaba.

:)

1 cuchicheos:

Clauminara dijo...

clap,clap,clap ¡en serio que amé tu historia! ¿por qué ya no hay hombres como tu abuelo? ¿será que ya no habemos mujeres como tu abuela? en serio, bella historia y además super bien contada. Un abrazo y saludos :D