759 años

martes, 1 de abril de 2008

¡Madre Santa! dijo la abuela Cari cuando se enteró de la sentencia de la Mataviejitas y después no cerró el ojo en toda la noche.

A eso de las 3 de la mañana, el abuelo Rafa fue a despertar al Gran Capi para decirle que la abuela nada más no se quería dormir, estaba asustadísima. El Gran Capi paró a mamá y mi mamá en un ataque de ira -nada le molesta más que le quiten su preciado sueño- despertó a todo el batallón.

La abuela Cari simplemente estaba paralizada del miedo, nada la calmaba. Entonces el Pepue sacó un libro de ángeles -sí a veces es ñoño- y le explicó que su angélito la estaba cuidando desde bla, bla, bla. Ese argumento le hizo lo que le viento a Juárez a la abuela.

Bueno abuela, no nos hagamos, tenemos de dos: o desembucha qué es lo que tiene o tomo el télefono y le digo al Javi que venga por usted; dijo mamá mientras casi casi sacaba espuma de la boca.

Ante tal amenaza -la llegada del tío Javi, un militar hecho y derecho- la abuela Cari no tuvo más remedio que confesar que el miedo a que la Mataviejitas intentará escapar, la tenía sin pegar el ojo.

Silencio total...

El Gran Capi se aclaró la garganta, se acomodó el pantalón de su pijama y dio vueltas en círculo. Mi madre si que no tiene en qué matar el tiempo, pensó , pero sólo dijo: Entiendo tu miedo mamá, pero no pasa nada, la policía la tiene muy bien vigilada.

No, no, no y no, esa mujer del demonio se va a escapar y va a venir por mí, lo sé, lo sé, diles, Rafael, diles que no estoy mintiendo.

Miradas hacia el abuelo Rafa. Encogida de hombros del abuelo Rafa como respuesta.

Veronica entonces abrió la bocota ¡Noooo por Dios! pensé yo, pero guardé silencio. No te preocupes abue, aprende del abuelito Rafa, él no tiene miedo. ¿? pensamos todos, pero sólo asentimos con la cabeza.

La abuela Cari entonces tomó aire. No soy tan tonta como para NOOO darme cuenta de que una Mataviejitas, no mata viejitos, Verónica. dijo al tiempo en que se levantaba para corrernos a todos de ahí.

Mamá entonces lanzó su ultimatum: Pues si no quieres dormir, nosotros sí. Y apagó la luz.

El Pepue corrió para que no le alcanzara el diluvio que se veía venir, pero ahora que lo pienso, creo que exageró, porque lo único que hizo la abuela Cari fue ponerse sus pantunflas, levantarse, regresar con el Papiu y acostarse.

En la mañana cuando le pregunté cómo habia amanecido, la abuela Cari, con una sonrisa de oreja a oreja me dijo que muy bien, pues había dormido con el guarura más rudo del mundo...


0 cuchicheos: